El amor-servicio del jueves santo nos ayuda las seguidoras y seguidores de Jesús a tomar conciencia de que tenemos que ser la “Iglesia del delantal”, la única prenda litúrgica que conocemos que usara Jesús. También nosotros tenemos que estar dispuestos a agacharnos para lavar los pies a los que lo necesitan… La Iglesia espera que no haya personas que necesiten que se les tenga que lavar los pies, pero si el caso se diera, ahí ha estado siempre, dispuesta a seguir el ejemplo de su Señor y Maestro.
Celebremos la Cena del Señor sin prisa, recreándonos, dándonos tiempo para ser recreados por Aquel que nos amó primero y nos ama siempre.